miércoles, 28 de octubre de 2009

Terapia a ciegas



Me acosté en el suelo frío, me cubrí los ojos y no quise saber lo que venía.

José Roberto Coppola

domingo, 25 de octubre de 2009

Días sin sobresaltos

Hay días en que nada me parece inminente. No hay expectativas. No hay miedos. Sobra la calma y la cordura. Vivo unos días en los que el eco no me instiga. Disfruto del purgatorio entre la felicidad y la tristeza. No hay ahora ni después. Mi memoria está haciendo una siesta. Pensar me da pereza. Son días en los que la vida es amplia, vasta, posible. Sin esfuerzos. No espero nada. Ninguna inquietud hormiguea mi piel. Días en los que la sorpresa no es una amenaza y en los que la placidez me ha embelesado y no tengo el antídoto.

José Roberto Coppola

viernes, 23 de octubre de 2009

Las cenizas de los corazones quemados siguen latiendo

Arden tibias las cenizas todavía después de que la candela quemó el corazón. El aplacado y cálido reposo del polvo ondea radiactivo e invisible. Naranja, púrpura, amarillo, índigo, negro, gris, blanco. Las llamas que danzan seductoras en su propio baile ya no están. El fuego no se devora, voraz y goloso, todo. Los desgastados rescoldos se duermen. La ceniza sigue latiendo.

José Roberto Coppola

domingo, 18 de octubre de 2009

Siempre quiero escuchar mis pasos

Un paso tras otro y tras otro y tras otro en ese camino de la vida que escogí. Y de tanto caminar no siento el piso, no lo siento. Y no escucho mis pisadas, ya no hay eco. Y el camino se me hace ancho, tanto que ya no hay camino. Sigo caminando, pero con la suspicacia de enfrentarme a la vastedad. Y siento que ese camino que ya no existe me gobierna, es él quien manda. Ya no es mi elección. ¡No! No quiero ni debo seguir esa dirección, deseo cambiar la ruta o inventarme una distinta. Y allí me enfrento a mí mismo, sin dejar de caminar a pasos que todavía no tienen resonancia. Quiero cambiar mi camino por capricho, por deseo o por una corazonada, ¡por lo  que sea! finalmente es por una necesidad. No me permito habituarme a ninguna ruta. No quiero conformarme con un camino. Quiero decidir si continúo caminando por donde lo estoy haciendo o si quiero agarrar un camino más largo o un atajo. Busco tener el ímpetu que me permita reconocer si debo desviarme del camino. Sigo caminando,  y siempre me detengo y con coraje cruzo, giro o doy una vuelta y allí está el nuevo camino: y vuelvo a escuchar mis pasos.

José Roberto Coppola

jueves, 15 de octubre de 2009

A veces se gana más perdiendo

Perder siempre es una ganancia.

José Roberto Coppola

lunes, 12 de octubre de 2009

El cobijo de la oscuridad

Me gusta el cobijo de la oscuridad. Me siento resguardado en ella. Cuando todo está negro me encuentro que soy un valiente guerrero nocturno. Y a nada tengo miedo.

José Roberto Coppola

miércoles, 7 de octubre de 2009

Ecuación feliz (Post 100)

Cuando encuentro la solución de una fórmula para la felicidad después de un tiempo se me olvida la ecuación y no sé cómo resolverla de nuevo. 

Nunca fui bueno para las matemáticas.

Sumar siempre ha sido lo más fácil. Hoy sumé 100 posts.

José Roberto Coppola

viernes, 2 de octubre de 2009

Esos ojitos tristes que se balancean como en un columpio

Cuando ella está consternada sus ojitos negros se mueven para adelante y para atrás en el columpio de su aflicción; se balancean una y otra y otra y otra vez, y, cuando están en la parte más alta de la curva, justo en la que se pueden lanzar para ser libres, no saltan, se dejan aspirar por la gravedad y una vez atrás, de nuevo, sus ojitos vuelven a tomar impulso para seguir meciéndose por horas en su propia tristeza. 

José Roberto Coppola