martes, 29 de septiembre de 2009

Mirar hacia arriba

Hay días en los que me escapo por unos minutos de la oficina con el capricho de mirar por un buen rato de qué color está el cielo.

A veces cuando camino por la calle me detengo sólo para mirar las nubes.

Son tan pocas las veces que veo los atardeceres que cuando me enfrento a ellos nuevamente siento que me he perdido una parte de la vida.

José Roberto Coppola

sábado, 26 de septiembre de 2009

La felicidad no hace tratos, la infelicidad sí

Nada puedo negociar con la felicidad, ni que llegue, ni cuando llegue puedo siquiera pedirle que se quede o que no parta tan rápido. La felicidad no negocia. La felicidad no permite pacto alguno. Quizás es correcta y no cae en tentaciones. No cede ante lágrimas, súplicas, ni peticiones. La felicidad no acepta corrupciones. La felicidad no se doblega, ni complace, ni se conmueve. La felicidad llega y se va cuando quiere y no puede hacer nada por quedarse porque no está en sus manos. A la felicidad no le puedo rogar, no la puedo obligar. La felicidad no hace tratos. Es con la infelicidad con quien debo negociar.

José Roberto Coppola

¿Sabes qué hago con la infelicidad?
La soborno.

Psyco de Alfred Hitchcock

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Mi intención

Me digo: 'inténtalo'. Me repito que debo tener voluntad y coraje. Me empujo hacia el vacío de lo que quiero. Me reto a mí mismo con la intención de jamás perder. Me alboroto los ánimos y las esperanzas. Me doy cuenta que las posibilidades se vuelven certezas. Me doy muchos votos de confianza. Me recuerdo que soy yo y nadie más quien debe motivarme a hacer todo aquello que me provoca. Me pregunto: '¿por qué no habría de lograrlo?' Me contagio de valentía hasta una saciedad que a veces es curiosa. Me digo: 'tú puedes', pero a veces dudo y me cuestiono: '¿puedo?'.

José Roberto Coppola

sábado, 19 de septiembre de 2009

A la orilla de un camino errante

Me quité las sandalias y la franela y empecé a caminar por la orilla de la playa, entre esas pequeñas olas que revientan en la arena. Era un camino errante por el borde del mar. No había huellas porque caminaba entre las aguas. No había principio ni fin.

José Roberto Coppola

martes, 15 de septiembre de 2009

El día que fui en pijama a la oficina

- No quisiera ir al trabajo, le escribí en el chat a mi amiga Carla.
- No vayas, inventa un excusa, me dijo como si fuese tan fácil.
En ese momento pensé en tener la osadía de ser un irresponsable. Pero no pude. No fui un valiente porque no hice lo que me dio la gana.
- Quiero estar en pijama todo el día. Cuando estoy en pijama soy feliz, le dije
-¿Y por qué no vas en pijama a la oficina como siempre has querido?, me retó.
Esa tentadora idea de ir en pijama a la oficina siempre me dio vueltas en la cabeza.
-Es verdad. Voy a ir en pijama.
Me vestí con un pantalón de pijama, una camisa blanca y un blazer. Mi idea era ir en pijama pero que no se notara. La gente me vio raro, no sé si porque le parecía una locura o porque nunca han tenido el atrevimiento de hacerlo. Sólo mi amiga Magaly se acercó a decirme: "Creo que viniste en pijama a la oficina".
Ese día escribí en pijama en la revista donde trabajo. Me sentía como en mi casa. Ese día fui feliz.

José Roberto Coppola

viernes, 11 de septiembre de 2009

Soy mi propio espía

Como si fuese yo la sombra de mi sombra. Me miro una y otra vez. Pienso sobre lo ya pensado. Ando en mi propio monólogo interminable. Soy mi propio confesor. Me reviso. ¿Qué miro en mí? ¿Encuentro algo? A veces me pregunto si de tanto hablar conmigo he llegado de verdad a conocerme ¿Sé acaso quién soy? Me persigo silenciosamente. Soy mi espía. Me examino. Ando tras las pistas de mí mismo. Me pregunto, me contesto, me confronto. Enciendo la linterna en mis profundidades. Me miro y me digo: te estoy viendo. Me miro y hablo mentalmente con mi imagen en el espejo del baño, en la pantalla apagada de la computadora, con la que aparece en el ascensor, en el vagón del metro, en los vidrios de los carros estacionados en la calle. Estoy detrás de mí. Estoy delante de mí. Me sigo todo el tiempo, pero nunca logro atraparme. Y no sé si me deje.

José Roberto Coppola

lunes, 7 de septiembre de 2009

Estoy agotado

Vivir es agotador.

José Roberto Coppola

jueves, 3 de septiembre de 2009

Un instante de esa madrugada color lila

Corrí la cortina de la ventana del apartamento del piso 11 donde vivo, el cielo color lila anunciaba ese abismo entre la madrugada y la mañana, los grillos y sapos cantaban con intermitencia, un carro pasaba por el asfalto gris con las luces encendidas y dejaba el eco triste de sus motores, un perro ladraba atormentado, sonaba la alarma de un un carro de algún estacionamiento de un edificio vecino, nadie estaba asomado en ningún balcón, otro carro pasaba por la curva de la calle con sus luces iluminando el camino, en el cielo no había ningún pájaro. Cerré la cortina de la ventana.

José Roberto Coppola