Todo es un dejo. Nada tiene valía. Los instantes se perpetúan con anarquía propia. El futuro es un bostezo. Sólo deseo divagar, abstraerme. Quiero ser un bueno para nada. No quiero servir para nada. No tengo fuerzas para recuperar las fuerzas. La pereza puede sublevar mi más triste condena. No cargo ánimos de rescatar mi ímpetu perdido. Me ha seducido esta vida ralentizada a la que he llegado por indefectible acomodo. Soy un flojo. Soy una buena persona. ¿Lo soy? Soy un discípulo de la benigna apatía. Vivo la impudicia por mostrarme vanidoso y desganado. Me he vuelto un disidente de la voluntad. Soy un sinvergüenza. Soy de noble corazón. ¿De verdad? Estoy resuelto a vivir las desventuras de la vida fácil. Estoy en la militancia del desarraigo del más sutil esfuerzo. Quiero obedecer, solícito y fatuo, a mi propia abulia. A más nada. A nada más.
José Roberto Coppola
6 comentarios:
creo que ese podría ser el manifiesto de la "Terapia de piso"
Estoy de acuer acuerdo con Galan y de paso puedo converstirlo en mi credo personal porq yo estoy entreagada a la abulia. No quiero nada, hacer nada, ser nada. Nada. Quiero pura nada.
Completamente identificada
Todos los días me cuesta un monte de esfuerzo apartar las sábanas y comenzar a vivir =o(
Siento mi silencio. Tus frases son únicas incluso individualmente.
Un abrazo, amigo.
Somos muchas cosas y nada al tiempo, el disfraz que nos pone la vida lo cambiamos segun el tiempo.
Un abrazo
ya.. pues creo que has hablado por todos.
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