Escurridizo voy haciendo los atajos de mis propios caminos. Me alejo. Intento pisar a mi manera. Y así consigo encontrarme siempre conmigo mismo. Como un errante con camino incierto que encuentra sus certezas en su propio andar. A veces las voces en mi mente ya me hacen bastante bulla como para escuchar a otros. Por eso me abstraigo desde mi silencio. Es un retiro voluntario que busco en cualquier lugar donde me encuentre. Me escucho una y otra vez. Oigo mis convicciones y mis reproches; mis sacrificios y mis felicidades; mis obstinaciones y mis desapegos. Ya con mi propio ruido es suficiente. Ya tengo bastante.
José Roberto Coppola
No era ella
Hace 5 semanas
3 comentarios:
Bien dicho! feliz semana !!!
brindemos por los caminos inciertos!
esos son los que nos llevan a lo que somos.
Saludos!
me encanto! ahora...y si no aguanto ni mi propio ruido?
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