Un poquito de bronceador en la palma de la mano derecha y te la pasas por el costado izquierdo de tu espalda, otro chorrito de bronceador en la palma de tu mano izquierda y frotas tu costado derecho, pasar bronceador por toda tu columna con trazos largos, otro poco de bronceador en tu mano derecha para frotar tu hombro izquierdo hasta abajo, aplicar por tu hombro derecho bronceador con tu mano izquierda, con movimientos en forma de círculo aceitar el centro de la espalda, pasar como un parabrisas invertido bronceador de un hombro hacia otro, tratar de alcanzar con cualquier mano la parte baja de tu espalda y aplicar de arriba hacia abajo, colocar bronceador en la nuca -no olvides un automasaje-, aplicar un poco de aceite como brochazos desordenados, pasar bronceador con tu mano derecha por el lado derecho y con tu mano izquierda por tu lado izquierdo, un poco por acá, otro más por allá, repasar otra vez alguna otra parte ya aceitada...
Y siempre te quedará un trozo de espalda sin bronceador.
Una de las desventajas de ser solitario es que no puedes aplicarte bien bronceador en la espalda.
José Roberto Coppola
No era ella
Hace 5 semanas
22 comentarios:
el mundo moderno ha inventado todo tipo de extenciones que podrian tranquilamente llenar todos los vacios...incluso el del huequito de la espalda sin broneador (quiza un brazo eyector como el de gadeget)
o quien sabe...
pero claro!!!
el tema, es que es menos plancentero...
el tema, es que carece de sentido.
o esoi pienso yo.
saludos cordiales
Georgina.
siempre puedes pedir ayuda !!!!
El solitario es todo él una espalda, por lo que supongo que ese pedacito que la queda sin bronceador es, más que nada, porque ya lo ha gastado.
Abrazo bronceado
jajajajaj
siiiiiiiiiii
siempre te queda una parte... y luego una franja colorada por el sol!
Hombreee, ésto no se hace! tú ahí quejándote por lo del bronceador, mientras aquí dicen que mañana nevará. Grrrrrrrrrrrrrrr!!!!!!!
(Qué envidia!!)
Un besote.
Además, hay que estudiar yoga, hay posiciones un poco imposibles sino...
Ops... gran verdad... Pero para eso siempre hay alguien que te da una mano :)
Beso!
Juancho!
Y otras tantas cosas que tambien hacen que te quemes...
...y allí es cuando queda en evidencia la nunca del todo eficaz autosuficiencia.
saludos
Alejandro
Definitivamente, siempre queda una parte de espalda sin bronceador…
Y cuando te bañás, ¿cómo te enjabonás la espalda?
siempre hay algún alma caritativa si la espalda está libre de pelos y granos.
Siempre pasa... casi un estigma. Para evitarlo inventaron el autobronceante en spray. Yo prefiero no tomar sol, ni acudir a camas solares, ni a milagros embotellados de L'oreal.
Si una franja es soledad, lo mío es abulia crónica.
Un abrazo!
Hasta que uno ya no tiene ganas de andar con las piruetas, y no tomas más sol.
Hermoso blog, hermosas letras, hermoso andar tirado en el suelo reflexionando.
Un abrazo.
jajajjajajajjaja!!! lo has descripto PERFECTAMENTE!!!, es increíble... hago eso todos los días que voy a nadar y nunca me había dado cuenta de lo sola que estaba... joer... qué lunes! qué lunes!!!
Besos y sonrisas,
Florcita.
Georgina: cierto, carece de sentido.
Noel: sí, se vale.
Gastón: la soledad da la espalda.
Na: esa es la peor huella.
Donce: hay que quejarse de vez en cuando.
Christian: el yoga podría resolver, pero no todo. No sé si sabes a qué me refiero.
Juancho: sí, se puede.
Someone:pero es que las quemadas te hacen reflexionar.
Alejandro: aunque queramos siempre necesitaremos de alguien.
Galán: porque esa parte te dice que eres uno.
Lulu: pero no caritativa que suena a lástima.
V: será?
Jor: sí porque te cansas de aplicarte el bronceador y te tiras en la arena a asolearte cómo sea. Aunque después puedas arrepentirte.
Flor: de eso se da cuenta uno después.
Gracias a todos por escribir
muy bueno...
a pesar de los pesares, uno encuentra algún recurso
un beso
siempre es mejor estas acompañado :D
por cierto, me encanta tu nombre !!
besos
Muy Cotázar esto jeje... ciertamente ponerse bronceador en la espalda es un trabajo difícil para un solitario...
Corrijo: Cortázar...
Hola..hola, me gusta leer lo que escribes. Por mi parte, es la primera vez que escribo, en un blog quiero decir. Hoy llueve y tengo insomnio del bueno, si es que hay insomnio bueno... en fin, quería decirte que una de mis habilidades innatas es precisamente llegar hasta el último espacio de mi espalda cuando me pongo el protector.. lo mejor es cuando dejas que te lo ponga alguien, no por que no llegues tú; sólo por el simple gesto de dejarte proteger.
Saludos
mm
Y ahí es justo cuando me di cuenta que se había acabado.
Una noche, después de un intenso día de playa solitario... me quemé la parte que queda justo por debajo de las dos escápulas. Es en ese preciso instante y lugar en el que te das cuenta que no existe nadie.
Besos
Me encantó esta reflexión que yo me hice justo en agosto. Ahora me río pero me costó lágrimas de cocodrilo.
Hahaha
Esa es una de las razones por las que nunca voy sola a la playa
=o(
En cualquier otro destino soy una viajera solitaria... pero el maldito bronceador me obliga a recordar que soy un ser social
Saludos!!
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