sábado, 26 de junio de 2010

Insaciable

Me declaro un hombre insaciable.

José Roberto Coppola

martes, 22 de junio de 2010

Hombre musa

Y ella le dijo a él: "Tú eres mi musa".

José Roberto Coppola

sábado, 19 de junio de 2010

No soy presa fácil para la noche

Nunca me ha gustado mucho dormir. No cazo el sueño al vuelo. No soy presa fácil para la noche. Paso horas para poder zambullirme de ojos cerrados en la almohada. Me desvelo de seguido. Soy un noctámbulo irredento. Me rebelo contra las horas de descanso. Me despierto en pausas distendidas y breves varias veces, sin que el fin se asome. Mis fastidios mentales se alborotan en la oscuridad. Soy un vagabundo de la nocturnidad. Cierro los párpados, uso antifaz para dormir, apago la luz. Y nada. El sueño no llega. La paz no llega. Y al final siempre me levanto temprano. Y la madrugada me avisa que estoy vivo.

José Roberto Coppola

jueves, 17 de junio de 2010

La vida gratis

"Quiero vivir la vida que merezco sin que me cueste nada", dijo ella con resolución.

José Roberto Coppola

miércoles, 9 de junio de 2010

El fugaz insomnio de un largo viaje en autobús

Me desperté y me encontré con el rostro recostado en el cristal de la ventana de ese autobús que me llevaría de Marsella a Oporto en un viaje de 23 horas. El asfalto negro de la nocturnidad era un camino que no se acababa fácilmente como a veces no se acaban los pensamientos. Los paisajes eran sólo sombras aciagas en la oscuridad, como restos incendiados por la luz de luna de los que sólo quedaron fósiles cubiertos de cenizas. El insomnio era un fugaz resguardo. El vacío era sobrecogedor. La sospecha una alarma. Y desde la ventana sólo podía ver esa carretera que era un abismo: interminable, triste y que imaginaba fría; gandoleros que iban con el cansancio en la espalda y la melancolía en la mirada en sus viajes solitarios y anuncios que hablaban de ciudades ajenas y de kilómetros inciertos. Sólo sentía el movimiento pesaroso del autobús y el vidrio helado de mi ventana que era enfriado por la brisa furtiva de la medianoche. Ya llevaba en la piel la nostalgia de los viajes infinitos, la pausa certera y letal en los latidos de mi corazón, los impasibles pensamientos de fuga sin culpa y la inminencia del regreso que me asechaba con intermitencia. El autobús seguía su camino largo y eterno y yo acurrucado desde la oscuridad que veía por la ventana volví a otra oscuridad, la de mis párpados cerrados.

José Roberto Coppola

jueves, 3 de junio de 2010

Esas tres cosas que ella sólo a veces quiere escuchar

"Cuando esté de un humor raro, sólo quiero que me digas que no estoy gorda, que soy bella y que me amas", le dijo ella a él.

José Roberto Coppola