Magaly, Alexis y yo nos tiramos en la alfombra de la oficina a hacer terapia de piso. A hablar las cosas más delirantes que para eso son estas terapias. Éramos tres periodistas mirando el techo y escupiendo estupideces. Yo decía que debía haber una vida más fácil -y más feliz- que no llevara cajas y cajas de esfuerzo mental como la vida del hombre que trabaja en un vivero, del que vende
hot dogs o de un instructor de
spinning. Ellos me decían que una vida más sencilla podía ser aburrida. Yo les preguntaba cómo sabían ellos que era más aburrida si no la conocían, si no la habían vivido. Decían que al principio una vida así me iba gustar pero después me iba a fastidiar. ¿Y si no me fastidiaba? ¿Y si descubría que era feliz con esa nueva vida? Ellos alegaban que esa vida me llevaría al hastío. -¿Y si no te gusta?, dijo Magaly -¿Y si me gusta?, respondí yo. Ellos no me comprendían o yo no los comprendía a ellos. Me pedían más ejemplos. Ambos me retaban. Me decían que no me iba a gustar vender papas fritas o manejar un autobús público, por ejemplo. -¿No lo sé?, respondía. Además refutaban que esos oficios también tenían un enorme esfuerzo mental. Yo abogaba por que las vidas de un hombre que siembra plantas o que mete salchichas en un pan tienen una carga mental menor. Así como creo que debe haber trabajos con más presión mental que la que tiene un periodista. Alexis me decía que el jardinero debía aprenderse los nombres científicos de las plantas y saber diferenciar las especies. Magaly fundamentaba que el señor que vende
hot dogs tiene un lote de trabajo mental. Para mí el esfuerzo creativo no es el mismo. De todas formas debería yo sembrar plantas o vender
hot dogs para descubrirlo.
20 comentarios:
La vida sencilla pasa por uno, no por lo que uno haga o deje de hacer.
La vida sencilla hay que disfrutarla. Siempre.
Un vendedor de hot dogs, que no sabe disfrutar de la vida sencilla, puede tener una vida tan aburrida y tan vacía como un gran gerente corporativo.
Sencillo tiene que ser uno, no lo que hace.
¿No crees?
Ohhhh, Magaly ha vuelto. Igual es sólo el nombre, pero me encanta. :) Hummm, lo que pesa no es el tipo de vida de cada uno; sino el hecho de que tienes que llevarla tú, toooooodo el tiempo; y eso es lo que lo hará pesado, digo yo, que a todos nos vendría bien vender hot dogs o cualquier otra cosa que no tenga que ver con lo que normalmente hacemos para vivir en nuestras cajitas donde la vida es siempre igual :P :P Y es verdad, el trabajo creativo no pesa; es un alivio.
Abrazos aliviados
Es sencillo si haces lo que te gusta, así simplemente o no ??
A veces me dan ganas de renunciar y ponerme a vender tamales en una esquina. Y cuando lo pienso realmente considero que me haría feliz esa actividad. Muchas veces lo sencillo nos puede llenar más, pero supongo que depende de cada uno, de cómo nos tomamos las cosas. No dudo que existan vendedores de hot dogs que mientras untan mostaza al pan están resolviendo enigmas filosóficos, porque cada quien realiza el esfuerzo mental que elige realizar. Ya me enredé, jajaja.
Me gustó esta coincidencia de posts, saludos!
Es como si yo misma lo hubiese escrito (bueno, tal vez el mío peor escrito). Eso siempre lo pienso!!!!!!!
El trabajo creativo no es fácil, yo creo que nunca podría hacerlo. Me gusta leer, me gusta escriir, me gusta tocar una canción de vez en cuando, pero creo que no podría lidiar con la presión de una fecha límite para hacerlo, con la obligación de un espacio en mi tiempo para hacerlo. Simplemente lo hago cuando lo siento, y ya.
Te creo!
Mis hermanos y mejores amigos piensan que tengo el mejor trabajo del mundo (viajando de un lado a otro y conociendo dentro de lo que se puede decir, la buena vida, pero la verdad es que mientras muchos de ellos trabajan 8 horas, yo trabajo 16 y hasta 20 ocasionalmente y mis fines de semana colapsan ante una responsabilidad)
... pero, es bueno vivir una situación diferente a lo que acostumbramos a realizar para darnos cuenta de nuestra verdadera vocación o pasión en la vida.
Saludos!!!
yo creo que todos los trabajos tienen su cuota de sensillez y su cuota de aburrimiento.
nos vamos a aburrir siendo periodistas, colectiveros, cajeros, empleados de vivero, etc.
el secreto es buscar alguna actividad que nos haga felices. el aburrimiento siempre va a aparecer, es parte de la vida.
además para desaburrirnos siempre hay pisos donde recostarnos para hacer terapia. solos o acompañados.
Bueno, se sabe (dicen por ahí) que en esos países donde la vida es tranquila y no tienen mayores sobresaltos que cuando una hoja cuando se desprende del árbol, tienen la mayor taza de suicidios de jóvenes.
Pero sobre la charla terapéutica con tus amigos, creo que la confusión se da en que el cansancio físico (con su transpiración a cuestas) se nota, es mucho más visible, que el cansancio mental.
De todas maneras pienso que el vendedor de panchos debe quemarse el cerebro pensando en su trabajo rutinario y en cuántos debe vender para llegar a fin de mes, ¿no?
A mí me gustaría una vioda más fácil, pero que siga teniendo los condimentos que valen la pena vivir.
Abrazo complicado
Me gustaría mucho poder trabajar en un vivero, regar las plantas y leer un cuento entre cliente y cliente. ¿Y si después me canso y no me gusta más? Bueno... Hoy mismo ya estoy cansado de lo que hago, así que no pierdo nada. Además después siempre puedo ponerme a vender hot-dogs...
Saludos!
A mí se me hace que vos sos sumamente optimista y que ellos son bastante negativos.
Creo que vos debes tener una vida más sensilla que la de ellos.
Todo muy supuesto, pero eso me susurro el texto.
Hasta luego.
Todos los jardineros deberían saber qué plantar en otoño para que brille en primavera, y punto.
No sabés como me hace falta una buena terapia de piso. Las extraño desde que mis amigos estan tan lejos
Lauri: sí, disfrutarla siempre.
Daza: ¿será eso de que tengo que llevar esta vida todo el tiempo lo que lo hace difícil? Magaly no es un nombre, es real.
Noel: quizás así sin tantas complicaciones. Pero no siempre lo que te gusta hacer te hace llevar una vida fácil.
Am: yo tampoco dudo que haya vendedores de hot dog que sean grandes filósofos. unos verdaderos confesores urbanos.
Carito: unidos por una idea.
Na: nada fácil.
Valentín: qué inconformes somos.
Floretta: algunas cuotas pesan más que otras.
Gastón: mi amiga Magaly dice que el vendedor de hot dogs se enfrenta a una ardua labor. Piensa exactamente como tú.
Javier: qué vida la de un hombre que trabaje en un vivero ¿no?
G: qué grato eso de que te sientan optimista. ¿Será que idealizo demasiado?
Christian: así, más nada.
Svor: te invito a hacer terapia de piso. Y hazla dónde quieras.
Gracias a todos por darse una vuelta por acá.
José Roberto Coppola
qué mejor forma de averiguarlo que haciéndolo, los hot dogs no me gustan pero al vivero voy y si quiere le complico tanto la existencia como para que vuelva a desear el trabajo que hace ahora
Ah, qué sé yo.
A mí tu texto me dio que eras un tipo optimista.
Supongo que la monotonía lleva a la destrucción de la persona. Lo mismo que al exceso de un todo.
En la variedad y la sencillez está el gusto.
Besos.
Adoro el trabajo creativo. El desafío consiste en crear desde cualquier sitio donde uno esté por circunstancias, es decir, aligerar la rutina y recrear los instantes
El desafío es interior.
Un abrazo
Uy como me hubiese gustado estar en esa terapia de piso, sobretodo porque el Alexis nunca quiso hacer terapia de piso conmigo. Yo creo que tu tiens que asumir tu talento y tu vida como es, con la dificultad que te toca. Como dijo Truman Capote cuando tienes un talento también tienes un látigo para castigarte. Yo creo que si fueras perrocalentero o jardinero te quejarías de que esa vida es muy dificil. No está en el oficio está en la estructura mental de cada quien.
Te quiero en demasía....
Madame: si no?
G: gracias, lo agradezco.
Hisae: y también en lo desconocido
Paola: el desafío no es el mismo en todas partes.
Extranjera: faltabas tú... entonces soy un quejón?
Gracias por la visita.
José Roberto Coppola
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