martes, 25 de noviembre de 2008

Nada

Decidí que no quería que nada me importara. Nada. Me lancé en el suelo. Cerré los ojos. Y dejé de escuchar. Las voces a mi alrededor comenzaron a deformarse hasta que se apagaron. Y, de pronto, el silencio. La nada.

José Roberto Coppola

8 comentarios:

l dijo...

Me gusta la terapia.
Me gusta la posibilidad de mirar todo desde un punto de vista diferente al actual.
Me gusta que eso pueda compartirse.

Me gusta.

Terapia de piso dijo...

Puedes hacer terapia de piso cuando quieras.

Bienvenida

Alexis Correia dijo...

Hola.

Estoy tratando de comenzar todo. No se por donde empezar. Ni siquiera tengo animos de nada. La gente no me responde los correos. Mi telefono no recibe mensajes. No se para que sirvo. Perdi el animo de escribir. Me siento solo. Ayer mi hermano compro un hamster ruso, que es un poco mas pequeño, y me senti identificado y feliz con alguien como no lo sentia desde hace tiempo.

Quisiera ser amigo de Jose Roberto y conocerlo mas. Lo admiro mucho. Un abrazo a todos.

Terapia de piso dijo...

Hola Susano.
Te invito a que hagas terapia de piso. Te invito a que pases por acá cuando quieras. Cuando sientas que no puedes más estremece tu voluntad y verás como ella puede más que tus penas.

Por cierto ¿Te conozco?

Bienvenido.

Unknown dijo...

Lo mandaste todo a la porra, más fino... Eso a veces es estupendo. Muy bien, yayyyy!! :)
Susano, we love you. Claro que sirves. Estoy segura de que José Roberto quiere ser tu amigo y yo también :)
Besos.

g. dijo...

Suena hasta parecido a Sartre... Suena hasta existencialista este párrafo.
Interesante, interesante... Paseare por sus entradas y veré qué encuentro.

Saludos.

yacasinosoynadie dijo...

lindo texto, ojala me pasara algún día... que coincidencia los dos escribiendo sobre la nada... un abrazo.

Terapia de piso dijo...

G: a veces necesitamos de la nada.
Magaly: tenemos el derecho a decidir cuando no queremos que las cosas nos importen.
Jorge: intenta que te pase. Al principio es raro, pero después lo disfrutarás.

Gracias por pasar por acá.

José Roberto Coppola