Uno puede hablar de sí mismo en un párrafo más de lo que puede hablar de sí mismo toda una vida.
Soy impaciente, obsesivo y fastidioso. Desayuno cereal todos los días. Boto los jabones cuando se están desgastando. Me incomodan los halagos y los gritos. Tengo la paranoia de que voy a perder la memoria. Me gusta leer los libros en el piso y los periódicos en la cama. A veces uso antifaz para dormir. Me gusta la música de Navidad en centros comerciales y tiendas por departamento. Interrumpo a la gente cuando habla y me doy cuenta después que lo hago. Tengo miedo cada vez que escribo y después que escribo y cuando sale publicado lo que escribo. Me gusta que me regalen libros. Prefiero el pasillo en los puestos del avión. Nunca me he emborrachado. Soy un comprador desmedido de ropa en oferta. Soy tímido, pero batallo todos los días contra mi propia timidez. Me encantan las acelgas. Ordeno la ropa de mi clóset por color. Soy maniático con las fechas de vencimiento. Me encantan los chocolates Baci. Me afeito dentro de la ducha. Soy nervioso. Duermo con pijama de camisa de mangas largas y pantalón largo, aunque a veces me quedo dormido con ropa. Soy solitario. Me gustan las tiendas donde venden ropa vintage. Soy llorón. Tengo un fetiche con los balcones. Me gusta los tagliatelle con rúgula y anchoas. No tengo dinero porque no ahorro y no ahorro porque gano muy poco, pero la gente cree que tengo dinero. A veces troto en las mañanas. Me gusta comer las tortas con tenedor. Soy un comprador compulsivo de revistas y cuando no las puedo comprar me meto en las librerías a hojearlas. Tengo pecas en la espalda. Me fascina The sartorialist. En Navidad me gusta tomar champaña en las mañanas. No sé silbar. Prefiero escribir con lápiz. Disfruto ir a la playa solo. Soy miedoso. Me baño con agua caliente y luego con agua fría. Sé que tengo déficit de atención, pero ningún médico me lo ha dicho. Adoro las Moleskine. Tengo más ropa de la que me cabe en el armario. Reconozco que a veces manipulo. Me gusta el té con leche. Vivo en un apartamento que comparto con mi primo y un amigo. Me encanta el vino. Tengo pocos amigos. Leo muy, muy lento. Dejo rodada la cortina de mi cuarto para que entre la luz de la mañana. Me gusta cocinar, sobretodo pasta y risotto. Tengo obsesión por los lentes de sol de firma y baratos, en mi último viaje me compré unos Michael Kors por 20 dólares. Me encantan los higos y las cerezas. Me dan morbo los sitios muy concurridos cuando están completamente vacíos. Me gustan las películas dramáticas. No tomo refresco, ni café y me levanto temprano hasta los domingos.
José Roberto Coppola
No era ella
Hace 5 semanas
8 comentarios:
He also loves twinkies! :)
Es cierto. Me encantan los Twinkies.
Y mucho.
José Roberto Coppola
A riesgo de fastidiarlo (ya que le incomodan los halagos) debo decir que esta precioso este texto, sincero, sentido, “poético” (si me permite el abuso) y con un ritmo que no lo suelta a uno nunca. Ya mismo lo enlazo en mi blog.
Jorge.
No me gusta hablar mucho de mí. Creo que éste fue un ejercicio -difícil, lo reconozco- para compartir con otros quién soy. O por lo menos quién siento que soy. O quién creo que soy.
Mi obsesión es un tanto peor y mucho más miedosa: perder la vista. Pero ni hablemos de eso, ¡ay! Con las demás, comparto muchas, difiero en más. Saludos.
Martín.
Creo que si no tenemos una obsesión, la buscamos.
Concordamos en muchas cosas José.
Vamos la semana que viene al Mercado de Diseño, nos vemos?
Te pusimos en nuestros links amigos.
Apenas vamos descubriendo esto, lindo lindo.
Mua
Hola chicas. Bienvenidas a la terapia de piso. Un ejercicio que no es más que una pausa en el suelo.
Pasen cuando quieran.
José Roberto Coppola
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