domingo, 31 de enero de 2010

El infinito vacío que hay detrás

Y después de tanto caminar y caminar y caminar, me detuve, en un anárquico albedrío, allí, justo bajo ese árbol de ramas dispersas. Las hojas las sacudía la ventisca, la misma que arreciaba con suavidad en mi rostro. Cansado, apoyé una mano en el tronco y cuando traté de ver el cielo a través del follaje una gota de lluvia se zambulló desde arriba hasta mi cara. Intenté mirar atrás y sólo vi un camino infinito y vacío. Suspiré y seguí hacia adelante.

José Roberto Coppola

2 comentarios:

Anónimo dijo...

siempre es bueno parar un momento a descansar antes de seguir avanzando

sus(ana) dijo...

sigue siempre hacia delante que hay tiempo de ir hacia atrás

un saludo