martes, 12 de mayo de 2009

Ese tierno frenesí

Por segundos parecía una niña, por segundos una femme fatal. Envuelta en su bufanda morada, se estremecía con esos movimientos químicamente inocentes, pero magnéticos, puros y llenos de furor. Acostada junto a mí en la alfombra de la oficina -la había invitado a hacer terapia de piso- Enza veía el techo con esa mirada oscura de noche brillante. Revoloteaba sus cabellos negros con agitación, tenía desatado un corto circuito en la piel, movía con suavidad y a veces con dulce violencia el rostro de un lado a otro y soltaba con sus labios de pucheros palabras de gamuza. Los pensamientos alevosos le alborotaban el cuerpo. Tenía la consternación y las intenciones metidas en la existencia. Y el arrebato en ebullición. Con su peligrosa candidez, Enza me contaba ese deseo que se quería comer como quien se come un chocolate. Pecaminosa e inocente. La euforia le hormigueaba y le hacía cosquillas. Pestañeaba con ternura cuando hablaba de esa ilusión posible, de esa ilusión imposible, de esa gran travesura que quería vivir no como una Lolita sino como toda una mujer.

José Roberto Coppola

19 comentarios:

VALENTIN dijo...

mmmm ... cuando me la presentas??? jajajajajajajajaj!!!!

Lucas.- dijo...

WOOOOW.

Anónimo dijo...

Pero que bien descripto que están los sentimientos de tu compañera de trabajo , los describiste tan bien que hasta uno los puede llegar a sentir!
Muy bien escrito José!

besos!

Juancho!

Noelplebeyo dijo...

Al final da igual...te quedas con toda...

Randy dijo...

Ahora entiendes por qué no como chocolates???

hahahahaha

Feroli dijo...

Mmmmm en que trabajas tu que te dejan tener a todo el mundo acostado en el piso? jejejejje Por un momento me imaginé que eras psicólogo. Eres psicólogo?

Gastón dijo...

Hay deseos de mujer que es mejor escucharlos en plena terapia de piso.

Abrazo desde el suelo

Natalia Astuácas dijo...

Un día quiero hacer terapia de piso en verdad, je je je es en serio...

Quiero sentirme liviana, sin cargas y quizá desde el piso pueda sentir y vivir todo como vos y Enza.

Un fuerte abrazo cariño, cuidate mucho, besitos.

Anónimo dijo...

Esas son las cositas lindas que atraen

Saludos, querido

Lulutrix dijo...

palabras de gamuza, que maravilla!

g. dijo...

Interesante relato.
Me quede pensando si se le invita a cualquier persona hacer la terapia de piso o no.
Sólo esto esta vez.

Verònica dijo...

Exquisito... esa ambivalencia que depronto nos invade y la que a veces disfrutamos tanto... angelitos y diablillos... todos andando por ahi, y el deseo! oooh el deseo!
un abrazo,
Vero.

Mr Blueberry dijo...

Muy bueno tío...Pero en serio, haces terapia de piso en el trabajo...Tiene que ser una pasada llegar al despacho y encontrar a un par de personas tumbadas en el suelo haciento terapia...Abrazotes

Paula Daiana dijo...

Agradable y placentero relato...
Besos
Pau

Rous dijo...

yo hago terapia de piso en mi sala... una vez mi roommate me encontró tirada boca arriba escuchando a todo volumen un disco de Janis Joplin y me preguntó: ¿estás en drogas?

no dejes de hacer terapia querido y que te sigan tus Lolitas, Janis o quien quieras.
besos

Pulgamamá dijo...

Guaooo, supremo. Que bien escrito. Y que carga de sensualidad las que tienen tus palsbras. Delicioso.
Te adoro

pd: para todos, la terapia de piso se hace en el trabajo, y los jefes estan al corriente de la inciativa y la apoyan.

Terapia de piso dijo...

Valentín: ¿te cautivó?
Lucas: ...
Juan: gracias, Juancho.
Noel:...
Randy: ¿por peligrosos? ¿por adictivos? ¿por estimulantes? ¿por narcóticos? ¿por deliciosos? ¿por nocivos?... espero que no por dieta.
Kecón: soy periodista y trabajo en una revista.
Gastón: absolutamnente.
Natalia: cuando la hagas, me cuentas.
Galán: así es. Y que resultan estimulantes.
Lulú: ella las tiene.
G: invitas a quien te provoque hacerlo. Con quien quieras compartir un poco más que metros cuadrados de piso, alfombra, grama, asfalto...
Verónica: oh el deseo.
Mr Blueberry: en serio hago terapia de piso en el trabajo. Soy periodista e invito a gente especial a hacer terapia de piso. Aunque algunos la rechazan por miedo, creo.
Paula: gracias.
Rous: seguirán.
Extranjera: quien inventó junto a mí la terapia de piso. Cuánto anhelo hacerla a tu lado. Cuánto necesito hacerla contigo y pelearnos y reir en el piso. Te adoro en demasía.

Gracias a todos.

José Roberto Coppola

Tony Amesty dijo...

Es una magnifica descripción de un instante que precede a la pasión.

Un abrazo

nadenise dijo...

"Y el arrebato en ebullición."

I love it!