Las mejillas mojadas. Las lágrimas le habían empapado algunos mechones de cabello al rostro hinchado de tristeza. Lavada la ilusión. El cabello revuelto. Los ojos chiquitos de tanto llanto. Gritaba atragantada. Gritaba desesperada. Gritaba vencida. Aquella madrugada el amor le hacía otro revés. Otro. No lloraba por la traición como por la nueva desdicha. El infortunio la visitaba otra vez. Se le ahogaban las palabras. Se le frenaba la respiración. Sus gritos agitaban el vacío. Tenía el alma esponjada de desconsuelo. Sus suspiros rasgaban más su desgracia. Sentía que la felicidad le había dado otra bofetada. Otra. Después de tres días en su habitación con puertas cerradas, salió a la calle. Y cuando manejaba veía con sus ojos maquillados el vértigo en el retrovisor. Algunas noches mojaba las almohadas. Pero cada mañana se propuso pisar su miseria. No se desgastaría en lágrimas. Siempre con el abismo de empezar de nuevo metido en la piel. Se había sacudido las penas y había decidido que no lloraría más. Lo dijo una y otra vez, convencida, como retando al amor. Caminaba aplastando todo su abatimiento. Sabía que la felicidad la buscaría a ella esta vez, no sería ella quien iría detrás. Un día esa misma felicidad que le había volteado de mejillas le pidió perdón cien veces; ella no le había guardado rencor y le dio otra oportunidad.
28 comentarios:
"Un día esa misma felicidad que le había volteado de mejillas le pidió perdón cien veces; ella no le había guardado rencor y le dio otra oportunidad."
Para enmarcar...
Abrazo clavando un clavito
Hay textos tuyos que yo no sé cómo comentar.
Pero que me veo en la obligación de hacerte saber que lo leí, y que me llegó, a algún lado.
Me gusta el título, si será verdad pues mezclé almohadas especializadas en masajear las cervicales, pobreciñas ellas, que el cuello necesita reposar porque se queda en el aire en un cojin común, a pares son alternativa funcional a fracasos para nuevo aprendizaje
Me encanta como escribes. Tal vez lo digo cada vez que comento o al menos lo pienso...
No creo en las segundas oportunidades
que lindo!
Bueno a ver Jose... por supuesto que voy a opinar de lo que entendi. Si hay algo que no estoy de acuerdo con la gente es cuando dice " NO VOY A LLORAR MAS " En fin con respecto a esto digo... uno no domina los sentimientos , es mas los sentimientos dominan a uno y como tales hay que sacarlos afuera... Exlotarlos y sentirlos es la mejor forma de demostrarnos que uno esta vivo... a veces duelen , si , pero con el dolor tambien se aprende...
BEsos!
Juancho!
Yo tampoco le guardo rencor, no sirve de nada hacerlo. Sólo le tengo guardadas un par de preguntas.
Jose querido bellisimo el titulo, suena a musico. Felicito el impetu de tu amiga y admiro su capacidad de perdonar a la felicidad. Ahora yo, lloro hasta que se me sequen las lagrimas y siempre guardo rencor. Ya se, es malo pero que hago... Pd: Galan, querido, como es eso que no crees en segundas oportunidades? Ojala la vida te muestre q hay q creer no en segundas sino a veces en terceras y cuartas. Asi uno se divierte mas.
el amor. triste o contento es el mismo. nunca dejes de creer en él, ni siquiera cuando las lágrimas empañen tu mirada. Velo a los ojos y reconoce que eres tu mismo.
fantasia de la realidad.
*all we need is love*
seguro no te pondria la otra mejia....
un abrazo..
Jose... buen post, desde el principio lo lograste...
El amor ay el amor... tan hermoso tan bello tan doloroso tan triste, tan mágico, tan tan tan lleno de vida... besos y abrazos para vos.
Precioso Jose...tienes un estilo unico y adictivo! me encantan las historias donde se supera lo insuperable..donde se conquistan los demonios que todos tenemos..yo siempre creo que no importa caerse..lo importante es saber levantarse.
Un beso y un abrazo
Vanesa
esos son los peores llantos. de los que sólo tienen que aparecer una cierta cantidad de veces en nuestras vidas.
pero siempre son más, siempre hay exceso.
qué mal.
saludos
Demosle la bienvenida a las oportunidades!
Nunca habrá de que arrepentirse...
Gastón: gracias .
Lauri: espero que te haya llegado a algún buen lado de ti misma.
Lare: son ellas las confesoras de nuestras penas nocturnas.
Carito: gracias.
Galán: estás en tu derecho.
Lulú: gracias.
Juancho: hay quienes deciden con determinación que cosas no van a permitirle a la vida.
Na: qué bueno eso y seguro que son más de un par.
Extranjera: me encanta cuando hablas de las oportunidades. Porque creo en las oportunidades yo también.
Maríamaria: pero hay quienes no lo reconocen aunque lo miren de frente.
Allek: hay gente resuelta que decide con ímpetu lo que quiere.
Natalia: es indescifrable ¿no?
Floretta: o ojalá no aparecieran nunca.
Nurimoon: bienvenidas sean.
Gracias a todos.
José Roberto Coppola
Lo mejor de esos momentos abatidos y en desgracia, es que la felicidad se aparece en forma de canción, en segunditos de risa, en una llamada absurda o un buen helado de lúcuma.
Asi de sencillita.
Asi de simple y sin complicaciones.
Y creo que, he allí el real sentido de la felicidad misma. Siempre está allí, pero nos colocamos cada vez un filtro solar mas potente para no dejarnos broncear por ella perpetuamente.
Un abrazote Jose.
Lindo relato en verdad.
es verdad cuando nos pasa que el amor nos hace una nuva mala jugada, no lloramos quizás (también) por la pérdida, sino por la desdicha que nos embarga.
bss. las 2das. vueltas, nunca, nunca son buenas.
bss
Joooo...sé Roberto, pero qué entrada más bonita!.
Tienes frases preciosísimas y el conjunto es superdulce -a pesar de la amargura-.
Ayssssss, en fin...
Un besito.
Y sí... rogarle a la felicidad es tan contraproducente como rogar migajas de cariño al objeto de nuestro afecto
Llorar por amor?
si, pero sólo 5 minutos
después levantar la cabeza y decir "me lastimó, jugó conmigo... pero yo no soy juguete de nadie y lo voy a demostrar!"
Buen finde!
y al final, el amor no pudo resistirse a volver. por más que sea un viajero, siempre volverá a casa...
saludos
Està para mi tan bien escrito que se sufre al leerlo, y el ritmo es justo y necesario. el final me aliviò... y hace tiempo no me aliviaba un final... un beso, Vero.
Pepe: a veces la felicidad en vez de abrazarte, te golpea.
Mónica: yo creo que hay que dar más de una vuelta.
Donce: gracias, de verdad.
Randy: me encanta eso de sólo cinco minutos. Ojalá pudiésemos lograrlo. Aunque creo que es importante llorar.
Gabriel: no pudo evitar volver.
Verónica: que bueno que pudo causarte un gran alivio.
A todos gracias por pasar.
José Roberto Coppola
¿Por qué buscamos el amor si tanto nos hace sufrir?
Me gustó, me dio a pensar si a ese personaje femenino los perdones se los dio el mismo amor o el amor en abstracto.
Pero lindo...
Saludos.
de oro
saludos!
voy a pensar en las oportunidades...
Que buenas estas terapias de piso,
saludos,
Cíclopa
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