En el vidrio tambaleante de la puerta del vagón del metro veo mis ojos ahogados en una tristeza que no se desboca. Me sostengo de un tubo de acero frío y brillante. Mi cuerpo como un péndulo sin ritmo se balancea de estación a estación. Me siento como un sonámbulo. Las paredes de colores corren furiosas. Vuelvo a ver mi reflejo lloroso en el cristal. Estoy desgastado. Me mareo un poco. En mis oídos los audífonos de un Ipod que me seda con las agudas notas de una canción lírica. La luz ficticia de los neones del vagón que me intoxica el cuerpo. La puerta se abre agresiva y escupe gente que camina presurosa. Salgo hacía el andén, debo subir hasta la calle. Veo todo a través de mis pestañas mojadas. Me fastidian los ruidos, los colores, los movimientos. Una bulliciosa sonoridad de pasos y voces me aplasta. El tono gris es devastador. Un ejército de cuerpos en trance que se estremece y se enreda rápido. Las escaleras eléctricas se agitan desesperadas. El preámbulo abrumador y claro de la superficie. Subo. Todo muta en el blanco opaco de la atmósfera enceguecedora que aparece después de la subterránea oscuridad del metro. La luminosidad me perturba y me alegra. Busco la luz. Hago que mi piel se tiña de amarillo. Quiero que el sol me seque las lágrimas. Aparece la ciudad. Los motores de los autos tosen. Las cornetas se burlan del eco. La lírica de mi canción en el Ipod no apaga sus venenosos ruidos. Sigo caminando y me dejo tragar por la masa humana que se desliza en las aceras. Sigo llorando pero el sol está conmigo.
17 comentarios:
me emocionaste Jose!
Felicitaciones!
JUancho!
seguí buscando la luz! me gusta eso... subir, subir, buscar la luz allá arriba, aunque sea otra vez sumarse a la amsa de algo...
jOSÉ:
las metáforas y los colores que has utilizado me transportaron a ese metro enloquecido, a la marea humana que arrastra y delata, al sol que ciega, seca, aturde con sus ocres oxidados . Los colores y sonidos fueron un background ideal para la imaginación
Mealegro que haya un dejo de luz en ese andén
Amigo... te seguí en casa paso que dabas, te miré de lejos en el vagón del tren y salí detrás tuyo cuando se abrieron las puertas y te escupió... no solo el sol te acompaña.
Un fuerte abrazo.
Me pude ver en esa historia.
Con su luz, que salga un arco iris...
Saludos
A veces necitamos que el mundo nos acompañe... en el sentimiento.
Abrazo que acompaña
el mundo es un pañuelo.
El sol es lo máximo. Muchas veces es lo que nos mantiene en pie en contra de nuestra voluntad.
Te adoro.
"Quiero que el sol me seque las lágrimas. [...] Sigo llorando pero el sol está conmigo."
Fantástico.
Consigues crear la sensación de horror vacui del urbanita, realmente. Y muy interesante la lírica poética con un Ipod :-)
Un abrazo
Juancho: no era la intención.
Eclipse: sí, a mí me gusta buscar la luz del sol en cualquier sitio.
Paola: gracias.
Natalia: gracias entonces por tu compañía, por esa que me das desde la distancia.
Gustavo: entonces no soy el único. No estoy sólo al final de todo.
Noel: que salga.
Gastón: es cierto y es grato descubrir que estás rodeado de gente que te apoya.
Lulú: es cierto y de otro sentido. Es el otro sentido de esa frase. Me gusta.
Extranjera: nos enardece las voluntades.
Nadia: gracias.
Fernando: de la tristeza urbana se trata ¿no?
A todos un saludo.
José Roberto Coppola
Jo; nada detiene el avance urbano en los huesos. Sólo nos espera la luz del sol, siempre. Viajar en metro, es toda una aventura bajo el tunel.
Buen texto.
Abrazo,
este texto me agarró en uno de los días en que mas triste he estado... Bellisimo texto... Debo confesar que a mi me deprimen los días de sol, no hay nada peor que un día de sol...
Un abrazo hombre
Muy bello el texto... mucha luz :)
Si supieras lo bien que te comprendo!!. Qué bueno es desahogarse en lágrimas o en palabras... verdad?
Ya verás Jose Roberto, verás como pronto viene lo weno... que te lo digo yo!
Un besito grannnde grannnnde.
El sereno: una triste aventura, a veces.
Jorge: a mí me encantan creo que porque son más tristes de lo que la gente cree.
Hada: no la consigo.
Soledad: gracias.
Donce: qué bueno tus ánimos para conmigo.
Gracias por pasar.
José Roberto Coppola
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